The Migrant Caravan

La migración, para algunos, es un relato de logros, aventura y solidaridad. Para otros, la migración representa peligro, discriminación y pérdida. A veces los(as) más vulnerables son aquellos(as) que no pueden moverse y permanecen atrapados(as) en la pobreza, la falta de hogar y la violencia. La historia de quienes viajan en la caravana de migrantes es una combinación de estos escenarios.

La caravana de migrantes de América Central se convirtió en noticia de primera línea en octubre de 2018. Estimaciones iniciales de unos 3.000 migrantes viajando hacia el norte fueron consideradas como la composición de la caravana original. El conteo rápidamente varió mientras nuevos migrantes se unían al trayecto y el monitoreo de población se volvía cada vez más complicado. Hacia finales de octubre de 2018, se estimaba que aproximadamente 7.200 migrantes participaban en la caravana, cuando la desinformación y las agendas políticas allanaron el camino para estimaciones más considerables. El 11 de diciembre, el gobierno de México informó sobre la llegada de 7.000 migrantes a Tijuana y Mexicali a través de la caravana de migrantes, tras haberse preparado para la llegada de alrededor de 10.000 personas.

La falta de información confiable nos impide comprender los múltiples factores impulsores detrás de la caravana de migrantes, incluyendo el papel del cambio climático y la degradación ambiental. Colmar la brecha de datos e información sobre los vínculos entre migración, medio ambiente y cambio climático representa un paso importante para garantizar la seguridad, la dignidad y la protección de los migrantes, incluyendo los de la caravana.

Migrar con dignidad en un medio ambiente en degradación

La migración por motivos ambientales representa un desafío para muchos países y sus poblaciones. La movilidad humana relacionada con el medio ambiente puede tener efectos positivos, cuando se usa como medida de adaptación al cambio climático, y efectos negativos, en sus formas forzadas, al aumentar las desigualdades. Las estimaciones anuales de desplazamiento muestran que, en promedio, 24.6 millones de personas se ven obligadas a huir dentro de su país cada año debido a desastres resultantes de peligros naturales. Las proyecciones del Banco Mundial apuntan a que 143 millones de personas podrían desplazarse en 2050 dentro de los países de África subsahariana, Asia meridional y América Latina por los efectos adversos del cambio climático, bajo un escenario pesimista.

Sin embargo, estas cifras no representan un panorama completo de la situación. Desconocemos el número total de personas actualmente en movimiento debido a los procesos graduales relacionados con el cambio climático. Es complicado monitorear a las personas que migran en contextos de erosión costera, sequía o degradación de la tierra, por ejemplo. Las decisiones de migrar en estos escenarios se concretan en un período de tiempo largo y se basan en varios factores, no solo en el medio ambiente. En contraste, al afectar directamente las vidas, los hogares y los medios de vida, un terremoto, un tsunami o un huracán obligan a las personas a huir casi inmediatamente para encontrar seguridad y asistencia. Este impacto directo facilita la estimación del número de personas desplazadas por desastres, no sin limitaciones. En realidad, la mayoría de las personas se mueven debido a una combinación de factores y causas de súbitas y graduales, difuminando las líneas de separación entre estas categorías.

Descubriendo los factores impulsores de la caravana de migrantes

La causalidad múltiple de la migración es evidente en América Central. Los datos disponibles señalan el gran impacto que la sequía ha tenido en la productividad agrícola en el Corredor Seco de Centroamérica, afectando la disponibilidad de cultivos básicos. La sequía de 2014-2016 se sitúa entre las peores de la región. Este año, el gobierno de Honduras evaluó que el 82 por ciento de las cosechas de maíz y frijol se perderían. A fines de agosto de 2018, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) estimaba que 2,81 millones de personas luchaban contra la inseguridad alimentaria como consecuencia de la sequía. Estas cifras reflejan un deterioro de las condiciones de vida en la región que podría estar en la raíz de la caravana de migrantes. Sin embargo, la falta de datos y evidencias dificulta la comprensión completa de los factores impulsores de la caravana de migrantes.

La abundancia de conocimientos sobre el cambio climático y el medio ambiente en la región no se compara con niveles similares de evidencia sobre su impacto en la movilidad humana. Si bien existe un acuerdo general sobre los impactos negativos del cambio ambiental en la seguridad alimentaria y los medios de vida, la medida en que esta relación define los patrones de migración no está tan bien definida. Existen de todos modos algunas indicaciones sobre las tendencias prevalentes. El Informe de 1.5° C del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) se refiere a esta relación y explica que "la emigración en comunidades dependientes de la agricultura está asociada significativamente de manera positiva y estadística con la temperatura global" (traducción de los autores). Un estudio de la OIM y el PMA sobre migración, inseguridad alimentaria y conflicto en los países del norte de América Central también destaca una correlación estadística positiva entre la migración y la seguridad alimentaria en El Salvador, Guatemala y Honduras.

Impactos del Cambio Climático en las Américas

The Impacts of Climate Change on the Americas

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente: Ionesco, D., D. Mokhnacheva and F. Gemenne (2017), The Atlas of Environmental Migration. Routledge, London.
 

Datos recopilados por la OIM a través de la Matriz de Seguimiento de los Desplazamientos (DTM por sus siglas en inglés) en la frontera entre El Salvador y Guatemala muestran que las principales motivaciones  de los migrantes de la caravana eran la búsqueda de “mejores condiciones”, “violencia/inseguridad” y “reunificación familiar”. No resulta sorprendente que el medio ambiente no aparezca entre las motivaciones citadas por los migrantes. El medio ambiente y el cambio climático son, en la mayoría de los casos, "causas profundas" invisibles en los cuestionarios estadísticos. Conducen a una degradación de las condiciones de vida que puede implicar inseguridad alimentaria, pérdida de medios de vida, disminución de oportunidades laborales y conflicto, cuando las personas no tienen otra opción que migrar.

Mirando hacia el futuro

Sin embargo, no toda esperanza está perdida. En los últimos años, hemos asistido a avances sin precedentes en la definición de los vínculos entre la migración, el medio ambiente y el cambio climático. Los actores internacionales han estado abordando este nexo tanto a nivel político como operativo. Los Estados reconocieron formalmente que las personas migran debido a los desastres, el cambio climático y la degradación del medio ambiente en el histórico Pacto Mundial para la Migración, adoptado la semana pasada. El Acuerdo de París para el cambio climático estableció un equipo de tareas para identificar soluciones para la movilidad humana en el contexto del cambio climático. Sin embargo, ambos procesos han reconocido que existe una falta de datos, especialmente "datos confiables", lo que contribuye a la imprecisión del discurso y a decisiones inaplicables a nivel nacional, regional e internacional.

El Pacto Mundial para la Migración solicita en su Objetivo 2 “intensificar los análisis conjuntos y el intercambio de información para cartografiar, comprender, predecir y afrontar mejor los movimientos migratorios, como los que puedan derivarse de los desastres naturales repentinos y de evolución lenta, los efectos adversos del cambio climático, la degradación ambiental y otras situaciones precarias.”

La OIM está abordando la necesidad de datos y conocimientos con varios socios, incluyendo la Plataforma sobre Desplazamientos por Desastres (PDD), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC). Se ha establecido un Grupo de Trabajo sobre datos y conocimientos, presidido por la OIM y el IDMC en el marco de la PDD, para analizar específicamente los desafíos relacionados con la movilidad humana en contextos de desastres y cambio climático. Queda por definir cómo se traducirán estos procesos a nivel nacional y regional y cómo la adopción del Pacto Mundial realzará dichos esfuerzos. La eficacia en la toma de decisiones y la aplicabilidad de las políticas dependen de investigaciones y conocimientos sólidos. La colaboración y el intercambio de informaciones son, por lo tanto, fundamentales para colmar las necesidades de datos en términos de migración por motivos ambientales.

 

Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en las publicaciones de La Organización Internacional para las Migraciones corresponden a los autores y no reflejan necesariamente las de la OIM. Las denominaciones empleadas en este informe y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, por parte de la OIM, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios, ciudades o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.